Decisiones Difíciles: Los Dividendos de Empresas Familiares en Tiempos Turbulentos

Andrew Hier
Senior Advisor and Partner, Cambridge Advisors to Family Enterprise 
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¿Cómo pueden las empresas familiares tomar la difícil decisión de reducir o suspender los dividendos para sus accionistas familiares durante una crisis económica?

“Esté preparado para ser flexible” esa es la respuesta.

La COVID-19 ha sido el último ejemplo, ciertamente a una escala sin precedentes, de que cosas malas pueden suceder y de hecho algún día sucederán. Las recesiones económicas ocurren con cierto carácter cíclico, y las interrupciones de muchos tipos (ambientales, tecnológicas y sociopolíticas, así como las económicas) pueden poner patas arriba una empresa y, por qué no, industrias enteras. El futuro está aquí y es turbulento.

Durante tiempos de crisis económica, la presión para reducir o suspender los dividendos para los accionistas de empresas familiares puede volverse intensa. Si bien muchos miembros de la familia dependen en gran medida, si no exclusivamente, de los dividendos, la reasignación de los pagos de dividendos puede ser necesaria para la solvencia a corto plazo o la supervivencia a largo plazo de la empresa familiar. Por lo tanto, se requieren decisiones difíciles.

¿Reinvertir en la empresa o pagar dividendos al accionista?

Incluso en el mejor de los casos, los accionistas de una empresa familiar deben tomar decisiones estratégicas sobre la asignación de los

Company Profits in a Family Business

beneficios netos de su empresa con dos propósitos: sostenibilidad empresarial y sostenibilidad familiar.

Por el lado comercial, las ganancias pueden dirigirse a usos importantes que refuercen la solidez operativa de la empresa y la posicionen en el camino del crecimiento futuro. Entre las posibilidades se encuentran la creación de un colchón de reserva de efectivo, la mejora de la tecnología y la eficiencia de la producción, y la inversión en nuevas oportunidades y adquisiciones. Por el lado de la familia, las ganancias que no se mantienen dentro de la empresa se convierten en dividendos.

Es importante definir qué es un dividendo. Dividendo es el pago de ganancias en efectivo a los accionistas de una corporación, que puede ser privada o cotizar en bolsa (es de destacar que los pagos en efectivo pueden denominarse “distribución” en lugar de “dividendos” cuando provienen de alguna otra forma legal de empresa, como una sociedad de responsabilidad limitada o de participación en asociaciones).

Los dividendos de las empresas familiares a menudo se consideran un vehículo para financiar la vida privada de los accionistas, ya sea para necesidades básicas, como vivienda, o gastos en otras cosas menos básicas que ellos deseen. Lo que es menos visible, y a menudo se pasa por alto, es que los dividendos también respaldan una amplia gama de actividades que ayudan a una familia empresaria a permanecer unida y estable como un grupo accionista durante generaciones. Estas actividades incluyen:

  • Inversiones familiares conjuntas fuera de la empresa (por ejemplo, activos de más liquidez o nuevas empresas).
  • Actividades de gobernanza (ej., un consejo familiar, un consejo de accionistas).
  • Educación y desarrollo de la próxima generación (prepararla para que sean accionistas y miembros del directorio).
  • Un fondo familiar colectivo para comprar acciones de miembros de la familia que quieran o necesiten vender.
  • Filantropía familiar y otras actividades de impacto social.
  • Activos familiares que ayudan a unir a la familia (por ejemplo, un inmueble familiar para reuniones compartidas).

 

Consideraciones sobre los Dividendos en una Recesión Económica

Durante una crisis económica, cuando la rentabilidad de una empresa familiar puede estar en duda, qué hacer con los dividendos de la empresa es una preocupación extremadamente delicada. ¿Debe la empresa reducir el porcentaje de beneficio pagado? De manera más restrictiva, ¿debe la empresa retrasar los pagos de dividendos, o incluso suspenderlos por completo, para preservar la liquidez para cubrir las necesidades operativas y de solvencia? Estos dos reclamos que compiten entre sí – empresa o familia- pueden estar particularmente cargados.

Es posible que la empresa esté sufriendo graves problemas de ingresos y flujo de caja. En el caso de la COVID-19, por ejemplo, las empresas inmobiliarias tuvieron inquilinos que no pudieron pagar el alquiler, los fabricantes vieron sus fábricas quedar en silencio y los bancos tuvieron que lidiar con una lista creciente de clientes que no consiguieron pagar las cuotas de sus préstamos. Cuando los presupuestos corporativos se reducen los dividendos pueden verse como un lujo. Podría decirse que todas las ganancias disponibles y las reservas de efectivo deben utilizarse para mantener la infraestructura empresarial esencial.

Incluso si una empresa está pasando por la recesión económica relativamente ilesa, los accionistas inteligentes saben que el futuro es incierto. El directorio y los accionistas pueden considerar prudente crear reservas financieras por si la recesión dura más de lo esperado. Pueden reasignar fondos previamente destinados al pago de dividendos para apuntalar el efectivo para los tiempos más turbulentos puedan avecinarse.

Mientras tanto, los accionistas familiares probablemente seguirán necesitando los dividendos para su vida personal. Los miembros de la familia que dependen de los dividendos para vivir podrán tener dificultades para encontrar rápidamente otras fuentes de ingresos en caso de que se reduzcan los dividendos, y es posible que no puedan reducir abruptamente sus gastos personales. Incluso los miembros de la familia que generalmente no dependen en gran medida de los dividendos (es decir, que tienen otras fuentes de ingresos) pueden necesitar urgentemente los dividendos para complementar sus otras fuentes de ingresos primarios que también pueden estar en recesión. Después de todo, los trabajos desaparecen, las listas de clientes se reducen, las inversiones pierden valor, etc. Los pagos de dividendos pueden pasar de ser una fuente secundaria de ingresos a algo en lo que más miembros de la familia dependen en gran medida.

¿Cómo han conciliado las empresas familiares estas dos responsabilidades que compiten entre sí y cómo han administrado el pago de dividendos durante esta crisis más reciente?

Dividendos y COVID-19

Las empresas tuvieron dos opciones básicas, cada una con variaciones, a la hora de responder a la crisis económica causada por COVID-19. La primera fue continuar pagando dividendos (a diferentes niveles) y la segunda suspender el pago de dividendos (durante diferentes períodos de tiempo).

Examinamos el rendimiento de los dividendos de quince empresas familiares que cotizan en bolsa durante el período de marzo de 2020 a mayo de 2021 y encontramos diferentes enfoques. Estos diferentes enfoques dependían de la situación de cada empresa e incluyeron algunos ajustes en “tiempo real” a medida que pasaba el tiempo y cambiaban las condiciones.

Suspensión de Dividendos

Nueve de las quince empresas familiares que examinamos suspendieron por completo el pago de dividendos a principios de 2020.

Catorce meses después, siete de estas empresas aún no habían restablecido el pago de dividendos. Son estas AMC Entertainment, Carnival, Ford, Marriott, Molson Coors, Nordstrom y Las Vegas Sands. Estas empresas tienen en común que representan algunas de las industrias más afectadas por la COVID-19. Molson Coors explicó las razones del cese del pago de dividendos diciendo que fue necesario para la “preservación del capital durante la pandemia y para la protección y el refuerzo de la posición de liquidez ante la incertidumbre económica mundial”.

Las otras dos empresas familiares que suspendieron los pagos hicieron algunos ajustes. The Gap suspendió los pagos en enero de 2020 y luego los declaró pospuestos en marzo, para ser reinstalados al mismo nivel en 2021. Cumplieron esa promesa durante el primer trimestre del año fiscal 2021, pero luego redujeron a la mitad los dividendos para el segundo trimestre. Estée Lauder suspendió los pagos de dividendos en junio de 2020, pero los restableció en septiembre y, en diciembre, los aumentó en un 10,4%.

Es probable que varios factores diferentes hayan influido en las estrategias de pago de dividendos de las empresas encuestadas, que incluyen:

  • diversos niveles de dificultades económicas, dependiendo de la industria o la región,
  • sensibilidad al hecho de que los inversores insatisfechos podrían simplemente llevar el capital a otra parte,
  • en algunos países, algunas medidas gubernamentales de apoyo a las empresas prohibieron el pago de dividendos a los accionistas.

Continuación del Pago de Dividendos

Cinco empresas familiares que analizamos continuaron pagando los dividendos durante la COVID-19, pero a diferentes niveles.

BMW y Schlumberger decidieron continuar con los pagos de dividendos, pero los redujeron en un 24% y 75% respectivamente (para Schlumberger, el recorte de dividendos significó $519 millones en ahorro de efectivo por trimestre). Solvay redujo a más de la mitad su tasa de dividendos de 2019 en enero de 2020 y desde entonces ha alternado ese nivel de pago con uno 50% más alto. Solvay también recomendó a sus accionistas familiares que donaran parte del pago a los necesitados, lo que han hecho muchos de los 1000 accionistas de la empresa.

Tres empresas no solo mantuvieron el pago de dividendos sino que lo aumentaron durante la pandemia de COVID-19. Estas empresas son Hormel (5,4%), Comcast (9,5%) y Dick's Sporting Goods (16%).

Desde la perspectiva de los accionistas, la continuación del pago de dividendos a un nivel mayor, o incluso sin cambios durante una crisis, es aparentemente favorable. Sin embargo, el impacto de mantener el pago de dividendos o aumentarlo es turbio, porque los pagos se realizan tradicionalmente como un porcentaje de las ganancias. Si la empresa sufrió una reducción en sus negocios, los dividendos de los accionistas aún podrían verse afectados. Una empresa familiar belga continuó aplicando su política de dividendos en el rango del 25-33% de las ganancias netas, pero fue completamente transparente con los miembros de la familia en cuanto a que se reduciría la cantidad real de dinero distribuido. Se recomienda este tipo de comunicación clara con los accionistas para establecer expectativas, evitar sorprenderlos y ayudarlos a planificar con anticipación.

No existe una fórmula única, pero estar preparado ayuda

Parece que no hay una única respuesta correcta en una crisis económica. Pero podría decirse que la preparación o la falta de ella también ha sido un factor principal, y controlable, para las empresas que intentan sobrevivir durante el largo y accidentado viaje de la COVID-19.

Muchas empresas se han enfrentado a dificultades financieras durante la recesión de la COVID-19 en parte (o en su totalidad) porque utilizaron demasiado de su efectivo disponible para recompensar a los accionistas y recomprar acciones para impulsar el precio de sus acciones en los últimos años. Como informó The New York Times a fines de abril de 2020, durante los tres años anteriores a 2019, “las empresas del S&P 500 gastaron 2 billones de dólares en recompras, un 30% más de lo que gastaron en los tres años anteriores”. [1] Estas mismas empresas tuvieron un colchón de efectivo mucho más pequeño disponible durante la pandemia de COVID-19 y se encontraron buscando apoyo del gobierno.

Como un ejemplo más brillante, vale la pena considerar el caso de una familia canadiense involucrada en el negocio inmobiliario y de hotelería durante la crisis crediticia y la recesión económica de 2008. El financiamiento bancario, del que dependen en gran medida la mayoría de los desarrolladores de bienes raíces para financiar proyectos, se evaporó de la noche a la mañana. Sin embargo, esta empresa canadiense, como esperaba una recesión, venía reservando efectivo en lugar de distribuir dividendos mayores a los propietarios de la familia hacía muchos años. En lugar de tener que pedir préstamos, como muchos de sus competidores tuvieron que hacer, la empresa tuvo suficiente efectivo disponible para cumplir con sus obligaciones e incluso para realizar nuevas adquisiciones a precios favorables durante los puntos más bajos de la recesión económica.

Algunas lecciones aprendidas

Durante una crisis económica, cada empresa familiar debe tomar esta decisión de manera única y, a menudo, más de una vez, en función de la multitud de factores que intervienen en su sistema y cómo evolucionan con el tiempo. Pero hay algunas acciones que las empresas familiares pueden tomar de forma proactiva para estar preparadas para las difíciles decisiones que involucran los dividendos.

Participar en un diálogo significativo con los accionistas, el directorio y la administración

Determinar el enfoque correcto para una empresa familiar específica en tiempos de crisis requiere un diálogo detallado y transparente entre los accionistas y el directorio. El directorio es el mediador entre la perspectiva de los accionistas y las necesidades de la empresa.

El directorio debe comprender las necesidades de los propietarios, sus opciones y las posibles repercusiones si los dividendos fueran eliminados o reducidos considerablemente. A su vez, los accionistas deben comprender los requisitos de efectivo de la empresa y los efectos operativos posteriores de las diferentes decisiones sobre el pago de dividendos.

La conversación debe abordar algunas preguntas fundamentales, que incluyen:

¿Qué necesita la empresa para sobrevivir, dado que su supervivencia es la base de los ingresos y la riqueza futuros de la familia?

¿Pueden otras fuentes de capital, más allá de los dividendos, ser suficientes en este momento para la continuidad del negocio?

¿Existen otras fuentes de caja para los accionistas de la familia (préstamos sobre sus otros activos o de otros miembros de la familia, o tal vez la venta de alguna propiedad personal) que puedan ayudarlos durante este período?

¿Cuáles son las consecuencias económicas para los accionistas de la familia si los dividendos y las distribuciones se reducen, posponen o eliminan?

Planificar con Anticipación para la Próxima Recesión

Esperar una crisis (o una segunda o una tercera) no es necesario ni deseable, y pone en riesgo tanto a la empresa como a los miembros de la familia. Es importante la planificación a más largo plazo basada en algunos principios rectores para cada lado de la ecuación de estos “reclamos que compiten entre sí”.

 

Estos principios pueden incluir:

Fomentar una menor dependencia de los dividendos entre los miembros de la familia. Es posible que sea necesario ajustar los estilos de vida individuales para que coincidan con un nivel de dividendos que la empresa pueda pagar no solo en los buenos tiempos, sino también en los malos.

Por el lado empresarial, se debe preservar el efectivo o los equivalentes de efectivo para proporcionar un nivel mínimo de pago de dividendos, para ayudar a la empresa a sobrellevar las recesiones, para realizar adquisiciones cuando los precios están deprimidos o para comprar las acciones de los accionistas que necesiten liquidez.

Aporte Flexibilidad a su Política de Dividendos

Los accionistas de empresas familiares, que a menudo piensan que sus políticas de dividendos son estáticas y las dejan sin cambios durante años, deben considerar una política de dividendos flexible para abordar las necesidades cambiantes de la empresa y la familia. Para manejar las expectativas de los miembros de la familia y evitar sorprender a los accionistas, el directorio puede advertir a los accionistas que es posible que sea necesario establecer una política de dividendos más flexible, lo que significa una posible reducción o suspensión de los dividendos en tiempos difíciles.

 Conclusión

La respuesta rápida a la pregunta sobre los dividendos, por lo tanto, es “prepárate para ser flexible”. Los accionistas de empresas familiares deben internalizar la inevitabilidad de las recesiones y las interrupciones, y asegurarse de que sus políticas y prácticas brinden la flexibilidad necesaria tanto para abordar los desafíos como para aprovechar las oportunidades. Durante una crisis económica, estas decisiones difíciles deben tomarse en colaboración, con el doble objetivo de tener una empresa duradera y promover el éxito familiar.

Andrew Hier, CFEG
Senior Advisor and Partner, Cambridge Advisors to Family Enterprise 

Andrew Hier is a Senior Advisor and Partner at Cambridge Advisors to Family Enterprise where he advises business families globally on issues related to shareholder relationships, ownership strategies, succession and next generation issues, and governance of the family, owners and business. He is a Fellow at Cambridge Institute for Family Enterprise where he teaches and facilitates in family business programs around the world. He is active in the Family Firm Institute, the premiere association of advisors serving families.